¿Qué es el SEM?

En nuestro artículo acerca del SEO hablamos de la importancia de utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para conseguir resultados. Una de esas herramientas, y también con un nombre de tres letras, es el SEM. Pero, ¿qué es el SEM? ¿Y por qué se empeña la gente en utilizar siglas y nombres extraños?

A lo segundo, no tenemos ni idea, aunque creemos que es una cuestión de postureo que lo único que pretende es dar la sensación de importancia y complejidad, como si más raro fuese igual a mejor, cuando en realidad lo más sencillo es lo más efectivo. Y el SEM es sencillo, si se explica como dios manda y nos dejamos de tonterías anglosajonas.

Por eso, en Hundred hacemos un cómodo turno de preguntas y respuestas, para que salgas de este artículo diciendo: “¡Madre mía! ¡Ahora lo entiendo! ¿Por qué nadie me lo había explicado así?”.

Porque bastante tenemos con nuestras cosas como para andar complicándonos la vida, que ya son ganas.

¿QUÉ ES EL SEM?

El SEM (Search Engine Marketing, por si hay algún curioso en la sala que quiere saber qué significa), consiste en pagar para aparecer el primero. Tal cual. Que nadie intente venderte otra explicación. Al utilizar el SEM, tu empresa o producto aparecerá el primero en los resultados de San Google (siempre, claro está, que la búsqueda esté relacionada contigo. Tu tienda de flores no aparecerá en una búsqueda de trenes de juguete). Lo que es bueno.

Pero, si es bueno, la pregunta es inevitable: ¿por qué dedicar tiempo a otras cosas si existe el SEM?

DESVENTAJAS DEL SEM

El problema está en que muchos usuarios saben que los primeros resultados están ahí arriba porque han pagado, por lo que saltan directamente a los que aparecen arriba de forma natural.

Y es que, al pagar, tu enlace sale con la palabra “anuncio” arriba, resaltada en negro, lo que puede hacer que algunos consumidores levanten la ceja con escepticismo, pensando: “este ha pagado para engañarme”.

VENTAJAS DEL SEM

Pero eso no quiere decir que no sea útil.

La ventaja más obvia es la ya mencionada de aparecer el primero en una búsqueda relacionada contigo. Pero esta ventaja puede ser un arma de doble filo, ya que la clave de todo esto es la siguiente: saber cuándo y cómo pagar por aparecer el primero.

Si pagas siempre por estar ahí arriba, pues estarás ahí arriba, pero, ¿qué clase de imagen transmite esa estrategia? Además, la gente terminará por olvidarte, como ese adorno de diseño que compraste con ilusión para el salón y que ahora ni miras.

Por eso, el SEM debe utilizarse con cabeza, invirtiendo en campañas puntuales que estén ahí por algo (quizás porque has lanzado un producto nuevo; quizás porque has renovado la web; quizás porque te has encontrado cincuenta euros en el suelo).

TODAVÍA NO ME QUEDA CLARO…

Seguimos con el ejemplo de la tienda de ropa del artículo del SEO…

Ya la has hecho agradable, con un ambientador de secuoya californiana y una decoración de estilo africano (para gustos, colores). La gente entra con alegría y con un fajo de billetes en la mano que le estorba.

Entonces, decides que vas a quitar el estilo africano, porque eso ya no se lleva, y lo cambias por una decoración playera, también de California porque ya tienes el ambientador, y quieres que la gente vaya a verlo en la inauguración, porque vas a repartir mojitos y piscolabis (no hay que beber sin comer). Pones un cartel en la calle principal apuntando a tu local y anunciando los cambios. La gente lo sigue y la tienda se llena. ¡Tenías que haber hecho más mojitos!

Eso es el SEM: pagar para que la gente encuentre tu sitio. Pero, amigo y amiga, hazlo ofreciendo algo. Si siempre tienes el cartel en la calle principal, la gente se acostumbrará a él y su cerebro lo borrará, como si fuese otro elemento aburrido de la ciudad que no merece ni un vistazo.

¿Te has quedado con alguna duda? ¿Quieres hacernos alguna pregunta? ¿Quieres saber cómo aplicamos en Hundred las herramientas para que tu proyecto consiga la visibilidad que merece? No dudes en contactar con nosotros por el medio que prefieras. Estaremos más que encantados de aclarar los aspectos del marketing digital sin recurrir a tecnicismos ni siglas ni tratados decimonónicos que lo único que hacen es vomitar palabras complejas para parecer más inteligentes. Y esto es una promesa.

¡Nos vemos en la web!